- Accésit Concurso "Historias de un confinamiento" (Modalidad B) -
Todos los días nos dormimos pensando que nunca va a ser el último día, el último día en el que des
un beso, abrazo, o simplemente veas en una de tus personas favoritas, su última sonrisa. Y lo
pensamos porque no le damos valor a nada de eso, o no el que deberíamos.
Y es triste. Es triste, ya que un día, algo que no podemos controlar arrasa con todo eso. Todo se
desvanece en un solo instante.
Y, entonces, echamos de menos cada uno de los besos, abrazos, sonrisas, que no dimos. E
intentamos recuperar todo aquello, pero ya es demasiado tarde. El tren ya ha pasado, la fugacidad
del tiempo nos acecha, y sabemos que, a través de una pantalla nada es igual.
Pasan las semanas, y cada vez se nos hace más complicado. Hemos cambiado, y no hablo de las
rutinas, sino de nosotros mismos. De un día para otro nos hemos acostumbrado a ser más
empáticos, soñadores, ilusionados, solidarios, en definitiva, mejores personas.
Yo siempre pienso que lo negativo se vale de lo positivo. Por muy mala que sea una situación, allá
en lo más profundo, ahonda una razón para cambiar de perspectiva.
Incluso, fijémonos si hemos cambiado, que uno de nuestros mayores deseos es ver las noticias y que
una de ellas sea, aunque sólo un poco, más positiva que la del día anterior. Que a las 20:00 no es
sólo nuestra salida de aplausos a todas esas personas luchadoras que se lo merecen, sino que, al
mismo tiempo, es nuestro pequeño auxilio.
Y hablando de todas esas personas que se lo merecen...
Ellos también han tenido que cambiar sus rutinas, con el fin de cambiar la vida de otros.
Por aquel sanitario, que a pesar de que ya sabía que en la medicina se iban a desprender personas en
este fugaz camino, nunca pensaría que fuera a ser de esta manera.
Por aquel dependiente/cajero/comercial/transportista que nos abastece de utensilios cada día, y su
único fin es llegar a la mayor cantidad de gente posible.
Por aquel personal de limpieza que hace de nuestro entorno, uno mejor.
Por aquel profesor/maestro/educador que ha tenido que revolucionar su pasión, y adaptarse a otros
métodos, para que ese privilegio como es la enseñanza, no se pierda.
Por aquel padre que se ha visto en la necesidad de aprender a teletrabajar y, a su vez, enseñar a sus
hijos a que no tengan miedo, que solo es un desafío más.
Por las personas miembros del comité representativo del país que intentan por todos los medios que
todo esto acabe pronto.
Por una de las personas más perjudicadas dentro de este gran desafío. Nuestros mayores, que nos
han demostrado que sí se puede, que sólo es necesario no rendirse.
Por la gran cantidad de niños y adolescentes que han visto alteradas sus vidas por todo este gran
revuelo.
Y por todos aquellos que ya no están, y que tanto vamos a echar de menos, pero que además, van a
ser nuestros referentes a partir de ahora, porque eso sí, nunca se rindieron.
A todos, sólo queda darle las gracias.
Cuando acabe todo esto, nada será igual, no es por ser pesimista, sino realista. Y ¿por qué? No estoy
hablando de aquellas medidas que haya que tomar, que son totalmente necesarias para que ganemos
el desafío. Hablo de aquellos días importantes que haya que pasar junto a los tuyos, hablo de que a
partir de ahora no pasaremos ni un día sin llamarlos, o mejor aún, sin visitarlos.
No vamos a dejar ni un sólo día sin salir a tomar, aunque sean cinco minutos de aire fresco, porque
hemos valorado que, la libertad es uno de los regalos más preciados que tenemos, y debemos
aprovechar.
Cuando alguien sienta que no puede avanzar, que todo se le viene encima, le recordaremos que
vivió situaciones peores, y que no es hora de rendirse, sino de poder.
Pero sobretodo, y más importante, valoraremos el tiempo, que se desvanece por segundos, y que de
un día para otro, todo puede cambiar.
Antes decía que todo negativo se vale de algo positivo, pues bien, este desafío nos ha dado verbos
tan preciados como los siguientes: DISFRUTAR de los pequeños detalles, REÍR en mitad de
cualquier desafío, REANUDAR pequeñas pasiones, APROVECHAR el tiempo libre, MOSTRAR
el cariño necesario, CAMBIAR nuestra manera de ver la vida...
Finalmente, concluyo con una cita muy importante a cómo lo empecé, nunca dejes de soñar. Si no
lo has dado hoy, ¡hazlo!, no lo dejes en el tintero. Hazme caso, lo que se pueda hacer hoy, en ese
instante, no llevará la carga de que nunca hayas podido hacerlo.
Y...
Sírvete de estos valores.
Utilízalos en ser mejor.
Envía aquello que desees.
Niño que esconde su ser.
Adulto que niega ser libre.
Un rugido de estrellas que nos piden no rendirnos nunca, que lo hagamos por ellos, al igual que un
día, ellos lo hicieron por nosotros.
Todavía queda esperanza, ahora más unidos que nunca.
¡Lo conseguiremos!
MARINA MONJE ALBALÁ - 2º BACHILLERATO C
No hay comentarios:
Publicar un comentario