domingo, 27 de octubre de 2019

Poema de la Semana (V)

Esta semana os hacemos llegar una curiosa propuesta. Nos la sugiere María José Jiménez, profesora de ciencias del Colegio Santa María de Guadalupe de Córdoba. Se trata de un poema muy conocido, atribuido por error al poeta y ensayista argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), una de las figuras más eminentes de la literatura del siglo XX.


Han sido muchos los esfuerzos por esclarecer quién es el autor o la autora del citado poema. Se dijo que era de una poeta llamada Nadine Stair, pero no existen evidencias de su existencia. Tras numerosos estudios, parece llegarse a la conclusión de que la primera versión publicada - en inglés - apareció en un número de la revista norteamericana Reader's Digest de 1953, figurando como autor el caricaturista Don Herold. Sin embargo, parece probable que responda más bien a lo que se conoce como un "lugar común" literario, es decir, un tema recurrente, relacionado en este caso con la revisión de la propia vida.

Sea como sea, aquí tenéis el poema, que se tituló "Instantes" cuando fue publicado en la revista mexicana Plural en 1989 y atribuido erróneamente a Borges, que había fallecido tres años antes en Suiza.

INSTANTES

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido;
de hecho, tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico, correría más riesgos,
haría más viajes, contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos,
iría a lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió sensata y
prolíficamente cada minuto de su vida…
Claro que tuve momentos de alegría,
pero si pudiera volver atrás,
trataría de tener solamente buenos momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca van a ninguna parte
sin un termómetro, una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas.
Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir,
comenzaría a andar descalzo a principios de la primavera
y seguiría así hasta el otoño.
Y jugaría con más niños, si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me estoy muriendo.


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