domingo, 15 de mayo de 2022

Poema de la semana (LVI)

 El poema de la semana viene de la mano de nuestro querido orientador Paco de la Rosa quien nos recuerda que LA FAMILIA LA FORMAMOS TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA:

"Aprovecho que el curso se va acabando para hacer un reconocimiento a la docencia, desde la convicción de que la familia puede tener un concepto amplio, ya que hay personas tan cercanas que nos alimentan el alma, personas que se entregan a que seamos lo que somos".

Para ello nos aporta uno de los poemas más conocidos del premio nobel Albert Camus



“En el medio del odio me pareció que había dentro de mí un amor invencible. El medio de las lágrimas me pareció que había dentro de mí una sonrisa invencible. En medio del caos me parecía que había dentro de mí una calma invencible.

 Me di cuenta, a pesar de todo, que en medio del invierno había dentro de mí un verano invencible. Y eso me hace feliz. Porque no importa lo duro que el mundo empuje en mi contra, dentro de mí hay algo mejor empujando de vuelta.”

                                                                                  Albert Camus 1953


 Albert Camus es reconocido por su literatura humanista. Influido por la filosofía de F. Nietzsche, hace un especial énfasis en lo absurdo de la condición humana, esforzándose en poner conciencia y perspectiva a través de sus obras literarias.


El discurso, en francés, en la academia sueca fue el siguiente:

 

Pero lo más significativo es que, cuando Albert Camus recibió el Premio Nobel en 1957 , la única carta de agradecimiento que escribió fue a su maestro de Primaria. Cualquiera que haya tenido un buen profesor o profesora lo entenderá perfectamente:

París, 19 de noviembre de 1957

Querido señor Germain:

Esperé a que se apagara un poco el ruido de todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted. Sin usted, sin la mano afectuosa que tendió al niño pobre que era yo, sin su enseñanza no hubiese sucedido nada de esto. No es que dé demasiada importancia a un honor de este tipo. Pero ofrece por lo menos la oportunidad de decirle lo que usted ha sido y sigue siendo para mí, y de corroborarle que sus esfuerzos, su trabajo y el corazón generoso que usted puso en ello continúan siempre vivos en uno de sus pequeños escolares, que, pese a los años, no ha dejado de ser un alumno agradecido. Un abrazo con todas mis fuerzas,

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