domingo, 17 de octubre de 2021

¡Regresamos! Día de las Escritoras y Poema de la Semana

Inmersos ya en el nuevo curso escolar 2021-22 y en el otoño, que más parece verano, conmemoramos este 18 de octubre el Día de las Escritoras, destacada efemérides dedicada a las escritoras que son y han sido, muchas de las cuales han escrito esos poemas y páginas memorables que nos acompañan a lo largo de nuestras vidas. El lema de este año 2021 es "Leer las edades de la vida".

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Este día se celebra desde 2016 y se hace coincidir con el lunes más cercano al 15 de octubre, festividad de Santa Teresa de Jesús. Nacida en 1515 en Ávila como Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, esta religiosa destacó por su determinación y voluntad de perfección. Fundó la Orden de los Carmelitas Descalzos y desplegó una intensa actividad en el seno de la iglesia católica de la época, dominada, como casi todos los ámbitos de la sociedad, por los hombres. 

Como escritora, se encuadra en la corriente mística, pues sus escritos hacen referencia a sus propias vivencias religiosas de acercamiento a Dios. Sus poemas también giran en torno a esta temática: en ellos, la autora añora y desea la muerte, pues es la forma de alcanzar la gloria eterna al lado de Dios. Este que os proponemos es, sin duda, uno de los más conocidos.


Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.

Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.


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