domingo, 13 de junio de 2021

Poema de la Semana (XXXII)... y hasta pronto

Sorteando la pandemia en este curso tan atípico y difícil, la comunidad educativa del IES Alhaken II llegamos a la recta final con la satisfacción del deber cumplido y del trabajo bien realizado. Desde este blog queremos desearos un magnífico verano, tras el cual seguro nos volveremos a encontrar.

Y no queríamos despedirnos - con un hasta luego, por supuesto - sin mostraros algo de la obra de la poeta portuguesa Ana Luísa Amaral (1956), recientemente galardonada con el prestigioso Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.

Nacida en Lisboa, Ana Luísa Ribeiro Barata do Amaral es traductora, escritora y poeta, profesora universitaria y destacada defensora del feminismo. El jurado que le ha concedido el premio destaca de ella su «compromiso con los derechos humanos, las libertades y, sobre todo, con la voz de la mujer.»

Por su parte, la propia poeta - bastante desconocida hasta ahora en nuestro país - declara que «la poesía es en mi vida como respirar, yo no sé pensar, ni sentir, sin poesía. Desde que me recuerdo, desde que sé poner una palabra delante de la otra, pienso y siento con ritmo, con música. Puede ser trágico a veces, cuando la poesía se sobrepone a la vida, pero a veces la poesía también salva la vida.»

Lee aquí una entrevista completa a Ana Luísa Amaral

La poesía de Ana Luísa Amaral es una mirada a lo cotidiano, una reflexión constante sobre lo que nos rodea. Podéis comprobarlo en este poema suyo, perteneciente a su obra Entre dos ríos y otras noches (2007).

Una botánica de paz: visitación

Tengo una flor

de la que no sé el nombre

En el balcón,

en común acuerdo

con otros aromas:

la flor del beso, un rosal,

una mata de hierba luisa

Pero esos son prodigios

de la mañana siguiente;

es que esta flor

generó hojas de verde

asombro,

minúsculas y leves

No la amenazan bombas

ni románticos vientos,

ni misiles, o tornados,

ni ella sabe, aunque esté cerca,

de la sal inversa

que el mar trae

Y el cielo azul de Otoño

fingiendo Verano

es para ella una bendición,

con la poca agua

que le dio

Debe ser esto

una especie de paz:

un secreto botánico

de la luz

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