Este lunes 7 de noviembre, el Ministerio de Cultura y Deporte ha concedido el Premio Nacional de las Letras Españolas 2022, al escritor extremeño Luis Landero (Alburquerque, 1948).
El jurado del galardón ha valorado la figura de Landero
"por ser un extraordinario narrador, creador de numerosas ficciones con
personajes y atmósferas de gran expresividad y excelente escritura recuperando
la tradición cervantina con dominio del humor y la ironía e incorporando con
brillantez el papel de la imaginación".
Para Landero, la literatura es
"una parte fundamental de nuestra vida, al igual que el oxígeno y la
filosofía, sin los cuales no podríamos vivir aunque nos resistiéramos a negar
su existencia".
Escritor, novelista, articulista y profesor, ha recibido
entre otros galardones, el Premio de la Crítica y Nacional de Literatura en
1990 por su primera novela 'Juegos de la edad tardía' (1989), el Premio Mariano
José de Larra 1992 por su artículo "A aprender al asilo" publicado en el
diario 'El País' y la Medalla de Extremadura en 2005.
Nacido el 25 de marzo de 1948 en Alburquerque (Badajoz,
Extremadura), procedente de una familia campesina, empezó a escribir poesía a
los 14 años. Más tarde, cuando inició estudios de Filología Hispánica en la
Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció, empezó a escribir cuentos
y relatos.
Durante la etapa universitaria, también se ganó la vida como
guitarrista flamenco profesional -llegó a la música "huyendo de la
oficina"- y con otros empleos, en un taller, una tienda de
ultramarinos, una oficina judicial o una agencia de publicidad.
Posteriormente, fue profesor ayudante en una cátedra de
francés de la Universidad Complutense y profesor de Lengua y Literatura
Española en el Instituto de Bachillerato Emilia Pardo Bazán de Madrid.
Desde 1991 y durante años compaginó la actividad literaria
con la docencia en la madrileña Escuela Superior de Arte Dramático (Resad). Y
en 1995 fue profesor visitante de la Universidad de Yale (Estados Unidos).
Es un defensor declarado de la literatura que "muerde,
conmueve, remueve e inquieta al lector", según dijo a la prensa en
2002, tras haber participado con alumnos de Bachillerato en Zaragoza en un
coloquio para incitar a la lectura.
En 1989 publicó su primera novela, 'Juegos de la edad
tardía', que narra la vida de un hombre maduro que recupera las ilusiones
literarias de su juventud haciéndose pasar por el poeta Augusto Farami.
El libro tuvo gran éxito de crítica, que lo consideró como
el retorno a la metamorfosis de Kafka y al idealismo de Cervantes, y fue
distinguido con los Premios Ícaro para nuevos creadores de 'Diario 16' (1989),
de la Crítica (1990), Nacional de Literatura (1990), el Grinzane Cavour de Literatura
(1992) por su versión italiana y el Mediterráneo a la mejor obra extranjera
(1992).
Después llegaron sus novelas 'Caballeros de Fortuna'
(1994), 'El mágico aprendiz' (1999) -reconocida en 2000 con el Premio
Extremadura a la Creación a la mejor obra literaria de autor extremeño.
En 1999 publica Entre líneas: el cuento o la vida
Excelente conjunto de cuentos ensayísticos, muy
entretenidos, a través de los cuales Landero reflexiona sobre la literatura y
los libros. Así, el escritor compone su memoria estética y literaria.
Manuel es un profesor de literatura, enamorado de los libros,
que recuerda su vida a través de lecturas y escritores. El propio autor
interviene en la narración, convirtiéndose en un personaje más. Ahora, convertido en un enamorado de los libros y un amante
de la vida, reflexiona sobre su pasado y sobre un presente lleno de contrastes.
Como contrapunto, una segunda voz, la del propio Luis Landero, narra otras
historias y, casi, acaba transformándose en otro personaje.
Siguieron las novelas: El
guitarrista (2002), Hoy, Júpiter (2007) y Retrato de un hombre inmaduro (2009).
Landero, para quien "escribir es como respirar" y
que considera que lo importante de una novela "es que transmita vida, que
no sea un mausoleo", publicó en 2002 el libro "Esta es mi
tierra" y, en 2012, su séptima novela Absolución, en
la que volvió a afrontar los claroscuros de la vida.
El balcón de invierno (2014), Maravillosa autobiografía publicada en 2014, con la que
Landero conectó con miles de lectores. A modo de testimonio, el autor se asoma
al balcón con ganas de unirse a la bulliciosa vida de la calle, pero incapaz de
hacerlo debido al compromiso que tiene con la novela que ha empezado a escribir
y que no le satisface. Así, el escritor recuerda una conversación que tuvo con su
madre en otro balcón, cuando él tenía dieciséis años y su madre cuarenta y
siete. Su padre había muerto pocos meses antes con cincuenta años. "Ahora
se abría ante nosotros un futuro incierto pero también prometedor",
escribe. De esta manera, Landero recuerda su infancia en una familia de
labradores en Badajoz y su agitada adolescencia en el madrileño barrio de
Prosperidad.
Su siguiente trabajo fue La vida negociable (2017), sobre la negociación de la culpa y del poder que da un
secreto. Una novela que el autor considera "agridulce" como la vida
real y que fue reconocida la mejor obra literaria del año de un autor extremeño
al hacerse con el premio Centrifugados 2017.
En 2019 publicó una de sus obras más aclamadas, Lluvia
fina, una historia sobre el rencor larvado en una familia y los límites
de la verdad. Ganó el Premio de la Crítica de Madrid 2020 y fue considerado el
mejor libro del año por numerosos medios especializados.
Al presentar esa novela, el escritor afirmó que España es
"una familia mal avenida donde se masca la tragedia", al igual que
ocurre en 'Lluvia fina'.
En 2021 llegó El huerto de Emerson, también
autobiográfica, y en 2022, Una historia ridícula.
En la primera el autor entrelaza sus recuerdos infantiles en
su pueblo de Extremadura, los de su adolescencia recién llegado a Madrid o los
del joven que empieza a trabajar, con historias y escenas vividas en los libros
durante esas etapas.
Una antología de instantes de su pasado con el que Landero
salió "a dar un paseo" por su pasado a ver "lo que
encontraba".
La segunda, Una historia ridícula, es una
comedia sobre las situaciones adversas que vive Marcial, señor hipersensible
que disfraza de misantropía su inseguridad, se aborda el amor y el odio desde
el humor, la ironía y el esperpento.
Sencillo y muy cercano, para Landero ser escritor es algo
demasiado difuso para considerarlo una profesión o un oficio. "Hay
escritores profesionales que van a lo seguro y cuando se ponen a escribir una
historia, están convencidos de que les va a salir. Yo no", aseguró en
2021.
"No me siento profesional en absoluto del oficio de
escribir, a pesar de que me haya dedicado a eso toda la vida".
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