Te amo con un amor inalterable…»
Te amo con un amor inalterable,
mientras tantos amores humanos no son más que espejismos.
Te consagro un amor puro y sin mácula:
en mis entrañas está visiblemente grabado y escrito tu cariño.
Si en mi espíritu hubiese otra cosa que tú,
la arrancaría y desgarraría con mis propias manos.
No quiero de ti otra cosa que amor;
fuera de él no te pido nada.
Si lo consigo, la Tierra entera y la Humanidad
serán para mí como motas de polvo y los habitantes del país, insectos.
Ibn Hazm
Abu Muhammad Ali Ibn Hazm (en árabe: أبو محمد علي بن احمد بن
سعيد بن حزم) nació en Córdoba, Al-Andalus (actual Andalucía), el 7 de noviembre
de 994.
Su familia era originaria de la kûra de Lebla (actual provincia de Huelva).
Filósofo, polígrafo, teólogo, historiador, narrador y poeta hispano-árabe, hijo
de un alto funcionario de Almanzor, fue visir del califa Abderramán V.
Participó en las guerras que dieron fin al califato Omeya, por lo que fue
encarcelado; al quedar en libertad sufrió un breve destierro, tras lo que
abandonó la política, dedicándose sólo a escribir y a sus estudios de teología
y derecho, abandonó el rito Malequí y adoptó el rito Zaharí.
Debió exiliarse en diferentes taifas de Al Andalus tras la crisis del califato,
exilio que le llevó a recorrer varias taifas, entre ellas Sevilla, invitado
por Al Mutamid y la taifa de Mallorca. Falleció en Montíjar, Huelva en el año 1064.
La célebre quema pública de sus libros en Sevilla le inspiró un conocido poema
que dice:
«Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles,
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe.
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene,
puesto que en mi interior lo llevo,
viaja siempre conmigo cuando cabalgo,
conmigo duerme cuando descanso,
y en mi tumba será enterrado luego.»
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