domingo, 16 de enero de 2022

Poema de la Semana ( XL)

Hablar de poesía ya no es (solo) hablar de Bécquer, Rimbaud, Espronceda, Baudelaire, Cernuda o Luis García Montero es hablar de autores como Elvira Sastre, como Miguel Gane, como Defreds, como Roy GalánAuténticos 'influencers' que arrasan también en las redes sociales.

Si entre tus manos cae un libro de Elvira Sastre, una de las poetas jóvenes más aclamadas de nuestro país, te vas a dar cuenta de que encuentras palabras que te llevan a un espacio común, a una situación que tú también has vivido, con la que te identificas y, por supuesto, te emociona. 

Si hablamos de poesía moderna en nuestro país, no pueden faltar tampoco nombres como el de Sara Búho, Alejandra G. Remón o Ana Elena Pena. Y es que, si hay una característica común en la poesía de nuestro tiempo,  es que una gran parte de ella está escrita por mujeres, con sensibilidad feminista y conscientes del mundo en el que viven. Por ello, leerlas es también un ejercicio de sororidad en el que todas encontramos nuestro espacio, nuestra poeta, la que más nos conmueve.

Pero también encontramos algunos cantautores como Marwan o Luis Ramiro que han querido (y sabido) plasmar sus buenos modos como letristas en libros que, además de hacer las delicias de sus fans, también pueden deleitar a quien no los conozca y tropiece con ellos por casualidad.
 
Y esta semana os proponemos un poema de Marwan Abu-Tahoun Recio (5 de marzo de 1979),​ conocido por su nombre artístico Marwán  [pronúnciese Ma-ruán], es un cantautor y poeta español.​ Está considerado como “uno de los cantautores más reconocidos del circuito de salas de España y Latinoamérica”.


NO ME SIRVE

Si no empieza por «A» nuestra alegría y no es mayúscula no me sirve.
Si no tiene parques dibujados en los ojos,
si no pone tobogán a los abismos no me sirve.

Si no hay una línea de alta velocidad entre su boca y la mía no me sirve.
Si no distingue que entre plena y pena
hay mucho más que una letra de distancia no me sirve.
Si no está enamorada de nosotros no me sirve.

Si no me desordena la sangre pero pone en pie todo el resto de mi vida,
si no besa como si lo fueran a prohibir no me sirve.
Si no siente que entre el gobierno y nosotros hay algo personal,
si no acepta que sin mí también será feliz pero no será lo mismo no me sirve.

Si no me deja besos grapados en los bordes del alma,
si no piensa que estamos unidos sin remedio,
como lo están la palabra tren y despedida, no me sirve.
Si no me ha cambiado el futuro no me sirve.

Si no toma café por las mañanas,
si no habla como tú, toca como tú, vibra como tú,
si no llora como tú, si no la conocí tras un concierto,
si no se llama María no me sirve.

No me sirve.
Lo siento.
No me sirve.


Y algo de música para empezar la semana...




La vida cuesta

Cuesta comprender que nos pasamos media vida persiguiendo cosas que nos hacen daño 
Cuesta demasiado darse cuenta y lo que más cuesta después es deshacer el desengaño 
Cuesta entender que la persona que te hiere sea la misma que estás necesitando 
Cuesta, la vida cuesta 
Cuesta confiar en el amor, volver a aquel fotomatón 
Saber que no me estás buscando 
Cuesta
Comprender que hay ciertos trenes, ciertas pieles
Ciertas bocas que no acaban regresando
Cuesta 
No escuchar al corazón 
Cuando el pasado aparece arrepentido por tu barrio Cuesta, la vida cuesta Cuesta comprender que nos pasamos media vida persiguiendo cosas que nos hacen daño Y que perdonar a quien te daña es la única terapia que te acabará curando Cuesta entender nuestro pasado, fuimos el amor correcto en el momento equivocado Cuesta, la vida cuesta Cuesta confiar en el amor, volver a aquel fotomatón Saber que no me estás buscando Cuesta Comprender que hay ciertos trenes, ciertas pieles Ciertas bocas que no acaban regresando Cuesta No escuchar al corazón Cuando el pasado aparece arrepentido por tu barrio Cuesta, la vida cuesta Cuesta confiar en el amor, volver a aquel fotomatón Saber que no me estás buscando 
Cuesta
Comprender que hay ciertos trenes, ciertas pieles 
Ciertas bocas que no acaban regresando 
Cuesta 
No escuchar al corazón 
Cuando el pasado aparece arrepentido por tu barrio 
Cuesta, la vida cuesta 
Cuesta, la vida cuesta


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