domingo, 20 de febrero de 2022

Poema de la Semana (XLV). ¡Viva el Carnaval!

La propuesta de esta semana nos viene por parte de Juan Carlos Consuegra, profesor de Geografía e Historia del IES Alhaken II. Como buen especialista en su materia, nos explica el origen del carnaval, fiesta que parece que por fin podremos recuperar después de la emergencia sanitaria provocada por la pandemia.

«Si bien el Carnaval tiene un origen claramente pagano, atribuyéndose a las fiestas del Dios del vino, el caos y la fiesta (Baco) o a las fiestas de Apis en el Egipto faraónico, se ha asociado con países de tradición católica como Italia, España o Portugal, países que llevarán a América esta tradición.

En España se documenta su existencia desde la Edad Media y cogerá ya una fuerza inusitada en el Renacimiento. Carnaval significa despedir la carne, por lo que desde el jueves antes del domingo de Carnaval, el jueves lardero, en toda Castilla y zonas de Andalucía se comerá el clásico hornazo con chorizo, carne de cerdo y tortilla, de este modo, “jueves lardero, chorizo entero”.»

¿Y qué poema nos propone? Pues él ha elegido a un personaje polifacético, un artista en el mejor sentido de la palabra, que bien podría representar el espíritu del carnaval: el cantautor y poeta ubetense Joaquín Sabina (1949).

Con una dilatada trayectoria en la reciente historia musical de España, siendo además una persona públicamente comprometida con la política desde la izquierda, Sabina es uno de los referentes culturales de las últimas décadas en nuestro país.



Las letras de sus canciones son auténticos poemas existenciales. En ellas podemos ver reflejadas las inquietudes que son comunes a los seres humanos, sobre todo en lo referente al amor y a su inseparable compañero, el desamor. El poema que vais a leer - un brindis - es toda una declaración de intenciones.

I

Brindo por las guitarras despeinadas,
por los adúlteros sin indulgencia,
por los pecados contra la prudencia,
por los escombros de la madrugada.

II

Brindo por los abuelos sin medallas
que no cuentan batallas a sus nietos,
por las abuelas que zurcen y callan,
por la acuarela, el thriller, el soneto.

III

Brindo por Medellín, por Guanajuato,
Isla Negra, Macondo, Guatemala,
Región, Santa María, Chiapas, Comala,
la rumba, el son, la cumbia, el vallenato.

IV

Hoy brindo por los sabios despistados,
los parados, los santos inocentes,
los que luchan con uñas y con dientes
los que se rinden, los desconsolados.

V

Brindo por los yogures caducados,
por los pecados que cometería,
por la alegría del desesperado,
por los premiados con la lotería.

VI

Brindo por los amores clandestinos,
por el sudor con uñas y con dientes,
por los fans de al pan pan y al vino vino,
por el tímido, el raro, el impotente.

VII

Brindo por los pecados veniales,
por el orgullo de los vagabundos,
por la morfina de los moribundos,
por el idioma de los animales.

VIII

Brindo por la memoria sin olvido,
por la lluvia que empapa a los amantes,
por las alas del pájaro sin nido,
por los heridos, por los caminantes.

IX


Brindo por el negrito sin patera
por la sangre torera de Morante
por el grito del blues de la frontera
por los mares del sur, por el Levante.

X

Brindo por los que brindan con cualquiera
que tenga un corazón noble y caliente,
por las fatigas de la buena gente,
por el swing que derrochan tus caderas.








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